Hoy, 24 de junio, se celebra el día de San Juan, pero cuál es su origen. No voy a entrar en en un estudio profundo sobre ello ni mucho menos. Parece que tiene que ver con el solsticio de verano, aunque este se haya producido unos días antes, el 21.
¿Es una fiesta de origen pagano o cristiano? Según los indicios es de origen pagano, cristianizada y asociada al nacimiento de San Juan Bautista.
Es la noche de las hogueras que se celebra a lo largo y ancho de la geografía nacional, aunque este año con el COVID 19 no será igual.
Yo creo que también tiene algo que ver con el inicio de las labores de recogida de las cosechas que se realizaban a lo largo del verano y terminaban a mediados de agosto.
En nuestro pueblo, que está dentro del “Campo de Cámara”, la mayor parte del cultivo era de cereales, trigo y cebada, aunque estos hayan decaído hoy, y por estas fechas ya empezaban a granar y estaban preparados para la siega. Antes, cuando aún estas labores se hacían a mano, venían cuadrillas de segadores que iban de haza en haza y de cortijo en cortijo, contratados por sus dueños para realizar estas labores, hasta que llegaron las segadoras mecánicas y , por último, las cosechadoras que hacen todas las labores en una sola función.
El día de San Juan era de holganza para los trabajadores del campo, así como el de Santiago y los de Feria.
Pero volviendo a nuestro pueblo. Este día era en los años 50 y posteriores muy celebrado. Se hacían verbenas y fiestas. Hubo una época en la que los y, sobre todo, las jóvenes del pueblo se encargaban de ello.
Me contaba Maruja “la de Montañez” que ella y sus amigas Loli “la de Peritos”, Antonia “la de Tedoro”, Isabelita «la de Chiriví”, Pepita “la del teléfono”, Anita Mancebo y otras muchas preparaban días antes, en la posada de su tío, unos muñecos con ropa vieja y que los rellenaban con paja de la que tenía para las caballerías. Luego el día de San Juan eran quemados en la calle Real colgados entre los balcones de Montañez y los de los Pepe Lucía. Pero entre tanto los sentaban como dos vecinos más, y allí con el resto de ellos aguardaban charlando, contando historias, escuchando la música de pasodobles y bailando hasta la hora de la quena. Me recordaba también que una de las vecinas, Josefita Leiva, era la que maquillaba a los viejos.
La calle quedaba prácticamente cortada y muy animada a la que a acudía mucha gente a verlos, incluso del campo.
También había carreras de cinta a caballo. Las jóvenes bordaban las cintas y luego se la enlazaban al brazo del jinete que había cogido la cinta con su nombre. Hubo también fiestas organizadas, como la que se detalla en el cartel que inserto, cedido por Lidia Gómez. Parece que el organizador también hizo un concurso de juego de bolas y boliches, pues en el reverso aparece una compra de este material.
Una costumbre que había y que hace mucho tiempo que se perdió era la de “pasar a los niños por la mimbre” . Costumbre de origen pagano y sin base científica, que también compartían algunos pueblos del entorno.
Esto se hacía a las doce de la noche y consistía en coger a un niño pequeño y con una quebracía, con una hernia, para lo que se necesitaban tres Juanes y tres Marías al que se pasaba por una rama abierta de una mimbre, que es un arbusto que se cría en los arroyos. En el pueblo lo he visto hacer en la cañada de las Monjillas. Otro sitio era El Ciprés. También era necesario, digamos, un maestro de ceremonias, que era el que elegía el lugar y la mimbre.
El rito que se seguía era más o menos así:
Tres Marías a un lado y tres Juanes al otro. Comenzaba María.
-Juan por la gracia que tienes y la que Dios te dará,
quebrao te lo entrego y sano me lo devolverás
-Yo lo recibo, y lo volvía a pasar por la mimbre entregándolo a otra María y diciendo:
-María por la gracia que tienes y la que Dios te dará,
quebrao te lo entrego y sano me lo devolverás.
Y así hasta pasar por las tres parejas (seis veces).
Al final unían la rama abierta con barro y la ataban con un trozo de tela o saco y si la rama no se secaba , el niño se curaba.
Me han contado un caso en el que la niña a la que se le aplicó este ritual sanó, que el maestro de ceremonias fue Juanico Aldana y que el hecho tuvo lugar en la cañada de Las Monjillas, frente al pozo
Si mal no recuerdo la última fiesta de San Juan que se hizo fue en el año 1986 y estuvo dedicada al fuego; en ella se quemaron dos muñecos en el mismo lugar de los años indicados, quizá rememorando aquellas fiestas. Al al final cada cual se montó su fiesta como pudo.
Los bolones eran de barro y podrían tener como 1,5 cm de diámetro; los mármol, como nombre indica, eran de este material; las bolas solían ser de cristal y eran algo más pequeñas, hoy son canicas; los niques eran las bolas de los cojinetes, eran de hierro y, por último, los boliches que eran de barro y como de 1 cm o algo menos de diámetro.
Las siguientes fotos son del 1986
Felicidades a todas y todos los que celebran su onomástica.
Andrés Muñoz Cabello, 24 de junio de 2020