Mes: marzo 2016

Para continuar con algunas cosas más del pueblo hoy introduzco un escrito que se publicó hace algún tiempo en la revista Al Sur del Torcal

 

Este escrito versará sobre la Plaza de Andalucía, la Plaza, como normalmente se la conoce, aunque en el pueblo haya varias más. Para ilustrarlo inserto varias fotos que casi todos conocéis. La de las aguadoras puede que sea una de las más antiguas que existen, aunque mi amigo Brenes me comentó en una ocasión que en su casa vio una foto de la plaza transformada en plaza de toros, que probablemente sea más antigua, y puede ser que alguien tenga algunas otras anteriores.fuente copia-1
En estas páginas quiero hacer un poco de historia sobre la Plaza. Ella es y ha sido como el foro romano, es decir la zona central donde se ha desarrollado la vida del pueblo. Su origen está vinculado, lógicamente, a la creación del pueblo, pues en la zona más antigua aparece como el centro del mismo.
La Plaza, a lo largo de su historia, ha presentado diversos aspectos. El aspecto que presenta en la foto de las aguadoras corresponde al año 1952 y, como se puede apreciar, estaba empedrada. En 1963-64, siendo alcalde del pueblo José Zafra Silva (Pepe Zafra) la plaza fue asfaltada y en el centro se instaló una farola, procedente de Antequera, y un pequeño jardín. También se plantaron los primeros naranjos. Por cierto que el proyecto lo realizó Pepe “el de la Bodega”. En esta época también se procedió a la instalación de tuberías de agua por las calles y al acceso de agua corriente en las casas. En el año 1983, siendo Juan Manuel Silva el alcalde, se volvió a remodelar, recuperando la antigua fuente rodeada de una amplia acera. En el año 2002, siendo alcalde José Antonio Conejo Arrabal, se procedió a una nueva transformación, que es la que actualmente tiene.


Hoy nuestro pueblo tiene varias plazas más: Plaza del Chinchán (García Caparrós), Pablo VI y la de los baratos (Gregorio”El Panza”), pero cuando se habla de ir o quedar en la plaza se sobreentiende que es en la Plaza de Andalucía, su nombre actual. Según los archivos que he consultado, entre 1881 y 1931 se llamaba Plaza, a secas, en el año 1935 aparece como Plaza de Galán y ya en el año 1940 pasa a llamarse Plaza de José Antonio. Estos datos proceden de los padrones de población de los años indicados.
En los años cincuenta, y supongo que antes también, la plaza sería algo parecido a lo que hoy es la oficina de empleo. Todos los hombres que no tenían un trabajo fijo, que eran la mayoría, acudían a ella por la mañana temprano esperando la llegada de los manigeros, que se encargaban de contratar la mano de obra para las tareas de la labranza: arar, sembrar, escardar, segar,… Estos elegían a las cuadrillas que irían a las fincas para realizar las labores propias de la época. Los que no eran seleccionados, pues a esperar al día siguiente o a buscarse la vida como podían: buscar setas, espárragos, caracoles, leña, rebuscar almendras o salir de cacería…
Era la plaza lugar de reunión, de citas, de juegos, pues todos los juegos tradicionales que se podían hacer, en aquella época en que no había televisión, se realizaban en ella. Se jugaba a los trompos, los boliches, al escondite, a multa, a lillo-lillo, a la comba, a la pelota y a otros muchos, y durante el invierno, los domingos que hacía buen tiempo también servía como lugar de citas entre los chicos y chicas que se gustaban. Y hablo de los domingos porque era el único día de la semana que se salía. Cuando entraba la primavera y el verano, el lugar de paseo era la Carretera Nueva.

Palmitos-1988 copia
Puesto de palmitos

En la plaza hubo hasta cuatro bares y dos pescaderías. Además, allí se instalaron los primeros vendedores ambulantes que vinieron al pueblo; algunos, después de 50 años aún siguen viniendo. También era lugar de compra-venta de animales y granos. Allí acudían los que tenían ganado que vender: cabras, ovejas, guarros, mulos. Los tratos se realizaban allí mismo o bien se hacían en otro lugar, pero normalmente se sellaban en algún bar de la plaza con un apretón de manos, lógicamente con una copa. En ellos casi siempre actuaba el corredor, que era quien ponía de acuerdo al comprador y al vendedor. También estaba en la plaza el almacén de grano de José Porras y muy cerca, en la calle Santa María, el de Antonio el Municipal y el de Antonio Cobos, que además tenía un pequeño almacén en donde está la peña “Los de Siempre”. En cada esquina de la plaza hubo una tienda: la de Manolo “el de Felisa”, la de José Arjona, la de Victoria y más reciente, la ferretería de Anita Castro y la de Juan” Estravío”. Esta última era muy peculiar porque vendía de todo, hasta gasolina. Al lado del Horno de Frasco, después de Andrés y Frasquita, estaba la zapatería de Antonio Rivera. También hubo dos barberías: la de Pepito y la de los hermanos Gregorio y Ángel Repiso, aquí también había, digamos, un estudio fotográfico y una tienda en la que se vendían multitud de artículos. CARRILO DE CONCEPCIONLos carrillos de Concepción y de Pepito Corado también se ubicaban aquí. Tengo unos recuerdos remotos de que donde estuvo el Bar la Bodega, antes estuvo la carnicería de Plácido. Algunos meloneros también instalaban sus puestos en la plaza, así como los que vendían chumbos, palmitos y los puestos de castañas asadas, cuando era la época. Recuerdo con más certeza aquellas tardes de agosto cuando Paco Jiménez o Manolo “el de la Bodega” sacaban una radio y la ponían sobre una mesa, en la puerta del bar, después de haberle dado un buen riego al suelo, para escuchar la retransmisión de las corridas de toros de la feria de Málaga. Todos los aficionados a este tipo de espectáculos se sentaban alrededor, tomándose su vinito o su café, disfrutando de lo lindo. Ocurría lo mismo cuando había algún partido de fútbol en el que jugara el Madrid. Gento se llevaba su radio-transistor a la fuente y allí se reunían los aficionados a este deporte, y sobre todos los del Madrid. Me contaron hace unos días Pai y Francisco Becerra que en una ocasión se jugaba la Copa de Europa, que ganó el Madrid, y pasearon a Gento a hombros por toda la plaza. Hubo también en la plaza una posada, donde hoy está la discoteca. La partida copiaPero antes de la discoteca había un cine (Cine Rex), una pescadería, la de Rebollo y encima, a mediados de los setenta, dos unidades del colegio, que luego se convirtieron en la biblioteca. La plaza también se puede considerar como estación de autobuses, pues en la puerta de Paco Jiménez y en la de Pascual tuvieron sus paradas los autobuses que iban a Antequera y a Almogía y Málaga. No quiero pasar por alto la tejeringuería de Encarnación; aquellos tejeringos recién hechos, calentitos y enganchados en un junco ¡qué maravilla!, ni tampoco a Fernando Castro, personaje singular, que poseía un don especial para la poesía y la copla de carnaval. Además era algo parecido a lo que hoy es un gestor administrativo; a él acudían casi todos que tenían que hacer un contrato de compra venta o cualquier escrito dirigido a la administración. Hoy, de todos aquellos negocios, sólo quedan dos bares, los demás se han transformado en otros o en viviendas. La farmacia continúa en el mismo enclave en el que se instaló hace ya muchos años cuando la casa que ocupaba en la Calle San Antonio pasó a ser la residencia y la consulta del médico titular del pueblo D. Manuel Correa López
Era una gozada para los niños sentarse en la puerta de Estravío y del Horno de Frasco, con gran nerviosismo para esperar la llegada de los cacharros de la feria, que durante muchos años se instaló allí. Cuando aparecían por la esquina de Manolo “el de Felisa” el camión de Sánchez, el del Municipal u otros que procedían del Valle no cabíamos de gozo, pues en unos días casi toda la plaza se llenaría con aquellos artilugios: la noria de Joaquín, la serena, las barquillas, las delicias, la ola, la caseta de tiro, que tan felices nos harían durante la feria. Con el tiempo, los cacharros se desplazaron a otros lugares, quedando la plaza para otros eventos. Además los bares instalaban mesas, igual que ahora, aunque sin barras exteriores. Algunos de ellos, como el de Paco Jiménez y la Bodega, entre sus fachadas, montaban un pequeño tablado en el que actuaba una pequeña orquesta y una animadora, que era una cantante, para animar y así tener más ventas. Enfrente, donde está Unicaja, estaba el Café de la Viuda que también montaba otra, no sé si por hacer competencia o por razones económicas. La cuestión es que todo el mundo se lo pasaba bien durante esos días aunque la economía no fuera muy boyante.

UN DOMINGO EN LA PLAZA

La plaza ha sido y sigue siendo el lugar donde se realizan los eventos más importantes del pueblo. Durante la feria, el día de la Virgen, se oficia la misa y es de donde parte la procesión; hay importantes actuaciones musicales, se celebra cada año el festival de verdiales, el día de las habas, el carnaval…también es lugar de mítines, pues cuando hay elecciones los candidatos se dirigen desde este entrañable lugar al pueblo para explicarle su programa. Ya en la Segunda República también sirvió para estos menesteres.
Quiero terminar con las palabras de Frasquito Ávila que escribió en “Mi vida” lo siguiente:
“Recuerdo que aquella noche (la del 14 de abril de 1931) reunido gran parte del pueblo en la plaza, nos dirigió la palabra un maestro de escuela llamado D. Vicente Andrade, sobre el cambio tan importante, y se expresó tan bien, que lloré de gozo”

 

Villanueva de la Concepción, marzo de 2013
Andrés Muñoz Cabello